lunes, 23 de febrero de 2015

Fiesta



"Por una noche se olvidó, que cada uno es cada cual". Fragmento de Fiesta, Joan Manuel Serrat
Casamiento, compañeros de trabajo, amigos en común. Algarabía compartida, en un ambiente que no es el usual. Las jerarquías quedan disimuladas en un baile, no así en la conversación en las mesas, pero proponen un acercamiento. Los vestidos, los trajes, muestran una persona distinta a la de todos los días en la oficina, que tampoco es la persona real. Suena la música, las luces dibujan haces azules de risas y sombreros de colores, las fotos muestran la alegría en un momento estático entre tanto movimiento, se olvidan los problemas y se comparten historias, noticias y anécdotas, que de otra forma nunca se conocerían.

Notas al pie: Es una noche de fiesta, y en algún lugar -de la noche, de la fiesta- se esconde la felicidad. 

viernes, 20 de febrero de 2015

Partitura



Escucho la canción en la radio, me sorprende, la busco, la vuelvo a escuchar.
La escucho varias veces, y de pronto empiezo a recordar parte de la letra, de la música.
Busco la letra, leo la primer estrofa. La canto, la leo, la canto, me equivoco, la leo entera, canto frase a frase leyendo, entonando.
Memorizo la letra, en pedazos de dos renglones. La canto, y me olvido de partes, va de nuevo.
Y memorizo la primer estrofa, la canto tantas veces que sale natural, el tono de voz se ajusta, la recito, la canto hasta cuando no la estoy pensando, la sueño y me despierto con la letra en la cabeza, con con la canción en la mente, en la voz.
Busco los acordes, no coinciden, busco otros, no son, busco la partitura, la imprimo, la leo pero no logro interpretarla, así que regreso al principio y repaso como leer una partitura. Pongo la partitura en el atril, la lámpara dibuja un nuevo juego de luz y sombra sobre las notas. En un lugar de la escala de notas reconozco un pedazo de la letra, intento continuar desde allí, retrocedo porque las notas no coinciden, cambio una para que me suene mejor, omito una y repito la anterior, el tema tal como suena en mi oído es parecido -solamente parecido- al que suena en mi cabeza. Lo dejo
Mañana voy a tener tiempo de haberlo soñado, esperar que algunas notas mas se ordenen, mis dedos reconozcan las teclas y el piano repita la canción que hoy ya suena en mi mente.

domingo, 15 de febrero de 2015

A veces llega un momento en que...



Momento extraño en la vida, domingo a la noche o ya lunes feriado de madrugada, viendo una película, y de pronto hace falta acompañarla tomando algo caliente. Respuesta obligada: un café. Pero hoy no, tomé café a la tarde, además no me siento con ganas, prefiero evitar la acidez nocturna… y los ocho tipos de té de la alacena hoy no me convencen. ¿Por qué el mate cocido tampoco? No sé. La película va por la mitad, pero la tengo grabada, así que la detengo.  Y pongo a calentar el agua, preparo el mate que no uso desde hace más de dos años. Yo no tomo mate. Ese mate se compró para tomarlo en compañía, una compañía que no está hace mucho. Y por supuesto, el agua hierve, como no sé tomar mate le agrego mucha azúcar, y me quemo con la bombilla en el primer sorbo. Descubro que tengo manopla para agarrar, pese a que devolví la que esta persona me había regalado, y tengo un apoya pava. No digamos yerbera, pero me traigo el paquete a la mesa. Y ahí estoy frente a la pantalla, mate en mano. Entiendo que esto puede fácilmente convertirse en vicio, o en costumbre, que es otra manera de declarar un vicio diario. No importa, los tengo peores.
Igual, también da bastante acidez.

domingo, 1 de febrero de 2015

Los agentes del destino


Los Grandes Sabios Creadores se encontraron en un dilema. Manejaban el tiempo, podían ver el futuro, podían modificar una acción en un momento del pasado para lograr crear un futuro mejor, ser agentes del destino. Y quizás decirle a la gente esto, o no. O erigirse en entes superiores, olímpicos y perfectos. O seguir el curso de una vida y darle las pistan necesarias para transformarlo en un redentor. O no contar nada y dejar que las personas formen logias, detecten pistas, hagan teorías acerca de los déjà vu (estos sí son cambios en el futuro, y no pudieron disimularlos de otra forma). O podían ser exactos y perfectos y que nadie supiera nunca nada arreglando cada error en cada cambio con un nuevo cambio hasta el infinito, para...
Los Grandes Sabios Creadores no lo hicieron por pereza. Solamente por sabiduría. Escondieron el saber en libros y películas, esos momentos de genio que llamamos inspiración no es mas que un segundo en que una puerta en el universo se abre y nos deja verlo completo. No fueron agentes del destino perfectos, no escondieron todas las pistas, nos dieron la capacidad de dudar.
Y si, hicieron una película.