viernes, 27 de marzo de 2015

Corregir



Vivió una vida siguiendo los caminos que le marcaban los demás, sin darse cuenta. Tomó las decisiones de estudiar, de trabajar, de seguir una carrera, e incluso la eligió. Pero pronto se encontró que era una carrera para hacer dinero, solamente, para asegurarse un buen pasar, y no la que que realmente hubiera elegido. Pero no podía vivir sin trabajar, porque no era rico y porque así le habían enseñado. Y eligió su carrera, y en parte fue elegida por su situación, sus habilidades obvias, su entorno. Decidió seguir a un nivel profesional mas alto, porque todos le decían:- ¿Y ahora que vas a hacer? al terminar la carrera. Y la carrera determinó los trabajos. Y cuando hubo falta de trabajo, entendió lo que era no tener dinero para moverse, y aceptó trabajos mas sencillos, que no suponían desafíos, seguros. Y cuando se casó, y al tener un hijo mas, porque otros dependían de él, y no se podía  descuidar. Y un día se dio cuenta que se había quedado estancado, en los deseos de otros creyendo que eran de él. Y lo pensó. 
Había dejado pasar tiempo, cosas, personas (sobre todo una persona) por esa idea preconcebida de lo que él suponía que quería, que no era lo que el realmente soñaba. O lo que necesitaba, y que le hacía bien.
Y encontró un camino. Era tarde para algunas cosas, pero aún había tiempo, tiempo de corregir la ruta, de cambiar, de mejorar, de volver a ser él mismo. Tiempo de elegir. 
Tiempo de vivir.


jueves, 26 de marzo de 2015

Halcón



Determinación. Esa es la diferencia. Las garras ayudan, claro; la vista penetrante, el vuelo rápido, el pico certero. Pero la diferencia con otros es la determinación. Es ver al otro como presa, es ponerse encima de su nivel, es declararte superior por axioma. Es la seguridad de no fallar.
Es ganar la pelea antes de empezarla, es ese momento de confianza absoluta. 
Y con esa determinación, se separó de la pared en la que estaba apoyado; con esa seguridad cruzó la pista de baile de la fiesta hacia la barra, a hablar con las dos amigas, con la vista en una de ellas -la bellísima desconocida-, aunque saludara a la otra...

martes, 24 de marzo de 2015

Un jugador de toda la cancha




Salió a ganar el partido.
Con sus limitaciones de siempre, porque no es el mejor, pero entiende el juego de equipo. Y este juego es el más importante de su vida.
En cada partido, en  cada trabajo, en cada relación, en cada momento de la vida, el jugador trata de ser el jugador del partido. El ídolo, la estrella.  Y con el tiempo, después de errores y fracasos, se da cuenta que  no logró ser el mejor.  Pero sí puede ser cada día mejor.  Y aunque durante el partido no sea de los que se llevan los flashes, no sea la figura, no sea el bravo conductor, es el que corre. Corre y mete. Corre y asiste a un compañero. Corre y tapa un hueco. Es el que corre y pelea cada pelota cuando los demás bajaron los brazos, por desilusión o por cansancio, el se levanta después de un cruce fuerte,  con las marcas de los tapones rivales en la rodilla se pone de pie y sigue adelante.  Y también en el trabajo, es el que hace las cosas que pocos ven, el que llega con una sonrisa todas las mañanas, el que se preocupa cuando alguien tiene un problema. El que se esfuerza por mejorar todos los días, aunque los trabajos no cambien. Y en la pareja es el que da una oportunidad mas, el que sonríe en medio de las lágrimas, el que aprieta los dientes y en plena discusión dice Te Quiero.
Jugadores así no son los que salen en las revistas. No son los que hacen que un equipo gane un partido por ellos solos. Pero ningún equipo gana un campeonato sin jugadores así. Equipo de fútbol, equipo de oficina, grupo de amigos o pareja de dos. Es el que se esfuerza más del límite. Y porque su objetivo final más que el éxito y la fama, es el amor y la felicidad,  al final… contra todo pronóstico, triunfa.


lunes, 23 de marzo de 2015

Diferente



La vieja historia mil veces repetida: Charla, café, cine. O cine, café, charla. O mas que charla. Y la vieja historia se repitió de una forma diferente: Sin charla, sin café y sin cine. Viajemos juntos, separados por no tener nada en común, nunca fue una charla, sino dos monólogos; no nos quedamos a tomar café, porque no me interesaba estar ahí ni un minuto mas; y nos perdimos el cine, parte porque no pensé que no habría entradas para esa función, parte porque te daban miedo las multitudes del shopping. Nos despedimos con una sonrisa, no había interés, ni había habido intención, ni hubo chances en ningún caso.
Una sonrisa de alivio, de no tener que compartir cine, ni charla, ni café.

jueves, 19 de marzo de 2015

Nada



Comenzó como siempre, una charla, una sonrisa.
Mucho mas rápido de lo imaginado fue un abrazo, un beso.
El verano hizo brotar el deseo. Un mate compartido, un café. Una caricia.
El sillón como lugar de encuentro, el sentir de los cuerpos suaves, el recorrerse despacio, la excitación.
La necesidad mas sentimental que física, el autoconvencimiento para explicar la falta de pasión que no llena la necesidad.
Una noche enredados en la lujuria.
Los besos breves. La mente en otra cosa durante un abrazo, fingir un estremecimiento que no existe.
La carga de recibir una llamada, un mensaje no deseado.
Ver sin mirar, y sin perderse en la mirada. Un tiempo vacío
Sombras del deseo, retazos de pasión, una mentira.
Una verdad, una tristeza.
Uno nunca dijo la palabra amor.
Pero hubo lágrimas.




El equilibrio del Tiempo


Los Grandes Sabios Creadores habían descubierto como viajar en el tiempo, para crearse a sí mismos. Conscientes de la paradoja, entendieron que era imperativo restringir los viajes y cambios en el tiempo a muy contadas ocasiones, mientras seguían creado el universo. La primitiva idea de que el viaje al pasado solamente podría ser posible hasta la fecha del propio descubrimiento de la máquina para realizarlo, había sido descartado por la propia experiencia.
Pero entre los conceptos descubiertos estaban la Democracia, y la Libertad, con su contrapartida, la Censura (los Sabios entendieron que era su natural antagónico, mas aún que la Esclavitud). Y esto fue el problema. Porque pronto todos quisieron tener posibilidad de viajar a su pasado, ya sea para hacer cambios o rememorar y afianzar recuerdos. Sabios y no sabios por igual indicaban que les era 'Totalmente necesario e imperativo' un viaje por el tiempo. 
El equilibrio del universo estaba perdido. Los sabios buscaron los políticos más eminentes, y los mejores oradores para tratar de convencer a la gente del peligro inherente de tal capacidad. Se buscó a los mejores educadores para tratar de inculcar la responsabilidad social necesaria, sin éxito. El altruismo es una de las virtudes mas escasas. 
La reunión de los Grandes  Sabios Creadores alrededor de la máquina de café era pesimista. No parecía haber solución.
La respuesta llegó por parte de un físico teórico. El gran sabio miró las ecuaciones, miró la máquina del tiempo, y con un dedo mojado en el café borró del pizarrón en donde estaba enunciado el principio fundamental del funcionamiento del Universo, una t.
Y desde ese momento, infinitos universos paralelos desaparecieron, el tiempo pasó de ser una recta a ser solamente un vector; y la máquina, un montón de hierros inútiles.

martes, 17 de marzo de 2015

Concepto



Uno de los Grandes Sabios Creadores estaba en su oficina, bastante complicado con un trabajo. Era el encargado de crear conceptos y capacidades, y no lograba definir lo que quería, cómo definir la opresión de sentirse obligado a actuar de una determinada manera, por cualquier circunstancia. 
Decidió ir a tomar un café, caminó hasta la máquina de café que había creado uno de los otros grandes sabios (importante invento si los hay) y se dió cuenta que esta decisión era la contrapartida de expresar lo que estaba buscando. El deseaba y podía ir a tomar el café, sin nada que lo restringiera.
Mientras el café se preparaba, observó la belleza de las luces y sombras que dibujaba el sol entre las hojas de la planta que estaba a su lado. La planta crecía hacia la ventana, cerrada. Vencía el encierro al no darse cuenta del mismo. Entonces supo que su concepto requería de la comprensión de esa obligación.
Por otro lado, la planta tenía lo que quería, luz, aire, sin sentir la opresión que el sentía. No era consciente, y esto también parecía necesario. 
El sentía que ese concepto, esa forma de opresión estaba en lo mas profundo de su ser, y se confundía con el amor de alguna manera. Se dió cuenta entonces que él mismo se sentía obligado a seguir creando, incluso este nuevo concepto.
Dejó la taza de café, tomada su determinación. Sin eludir su responsabilidad, tachó opresión, tachó obligación, escribió una palabra, abrió la puerta y salió al sol, lejos de conceptos y coerciones, a disfrutar las cosas creadas. Se llevó la planta.
Cuando El Gran Sabio recorrió los escritorios, encontró la palabra e inmediatamente entendió el concepto.
Libertad.

domingo, 15 de marzo de 2015

Hello, sunshine!



Era feliz. Al menos, él creía ser feliz. Pero la felicidad tiene momento y tiempos, depende de uno y también en parte de otros. Tenía justo lo que quería, había luchado por amor, y había ganado. El futuro se veía brillante, estudiando, trabajando, las metas eran pequeñas al principio, le faltaba grandeza quizás, un problema que arrastró por años. 
Y entonces la conoció. Era su amiga, pero de pronto no la vio como amiga, era su compañera pero él quiso mucho mas. El objetivo más alto que se había propuesto. 
Y se enamoró. 
Perdió un gran amor persiguiendo un nuevo amor, pero así como antes había ganado, perdió. 
Cayó en un pozo de mediocridad. El futuro mostraba caminos difíciles a metas insignificantes, siguió luchando sin entusiasmo y volvió a perder. De pronto había perdido todo, porque este nuevo amor se fue sin realizarse. Se perdió en el tiempo, en la distancia, en la vida.
Pero la vida sigue, y apareció un faro, una luz, una fuego, una llama, que lo devolvió al camino. Otra vez peleando por algo mejor a él mismo,  volvió a ganar. Y luego, a perder. Y en otro momento nuevamente a ganar y perder –y aquí perdió más que antes, su mayor derrota y tristeza–. 
Luego pasaron momentos y personas en las que iba a perder  por no intentar ganar, y a ganar por no poder perder.
Y entonces un día, ya habiendo perdido sus más altos objetivos y lejos de la llama del amor que lo había devorado, volvió a encontrarla. Y todo fue como antes, las miradas, las sonrisas suaves, las pocas palabras que decían mucho. Un abrazo. Despertó su ilusión y su fuerza, de las cenizas volvió a armarse y eligió crecer otra vez. Y entre sueños rotos encontró un nuevo sueño.
Más difícil que nunca, más imposible.
Ella nunca lo supo. Porque en tanto tiempo, él  descubrió que el amor es amor, aunque no se lo diga.

(“que el amor es amor, aunque no se lo diga” frase perfecta robada a Que son esas palabras, Baglietto – Garré)

viernes, 13 de marzo de 2015

Las mareas del tiempo



Una explosión. El big bang se produce, los planetas se alinean y es el momento, tu momento, después de tanto tiempo.
Tuviste muchos idas y vueltas a lo largo de los años, comenzaron a verse, salieron, llegó el primer beso frente a un negocio. Una cena, un dolor, unos meses de felicidad, una ausencia.
Pasó en el medio la vida.
Y la marea del tiempo te acercó de nuevo, en el barco naufragado, y se produjo esa explosión, esa magia. Volviste a estar con ella, volvieron a estar juntos y borraron en una noche a la oscuridad, la ausencia, el rechazo, las lágrimas, los errores y el tiempo.
Sólo importaba estar juntos. 
Por un tiempo.
Luego comenzaron a importar también otras cosas: departamento, dinero, trabajo, negocio, independencia, iniciativa. El tiempo pasaba y en sus aguas llevaba risas y traía obscuridad, reproches, ausencia.
Paso mas tiempo. Tormentas y vacío.
Las olas nunca regresaron, del barco naufragado no queda nada entre las rocas de la indiferencia.
Abandonado en una isla, aprendiste a sobrevivir.
Y nuevamente, con los restos, estás construyendo una balsa.


martes, 10 de marzo de 2015

Boxeador



Quinto round, sangre en el ojo, la mano entumecida, pero la mente aún fría y alerta. Los brazos pesan, salimos del rincón, alta la guardia y con la seguridad de que ya no ponemos la otra mejilla. Los golpes no se hacen esperar...

Fueron muchas peleas, algunas victorias de fábula, muchas derrotas. Tuvimos de todo en muchos años, y peleamos desde encuentros en los que el ring era más chico que nuestro gimnasio, hasta llegar al Madison Square Garden de nuestros sueños. Perdimos, y también ganamos. A veces. Hoy quedan los recuerdos de golpes, algunos daños graves, un par de heridas incurables. Y el saber que supimos estar bien arriba, que llegamos alto, aunque no queda claro si es un recuerdo que dé la fuerza al deseo de volver a llegar o un recuerdo inalcanzable.
Y después de cada derrota grave, bajamos del ring con tristeza, a veces con la cabeza baja, por no haber hecho lo suficiente, otras la frente en alto, porque se dio lo mas que se podía y se peleó con honor. Hubo victorias pírricas y una derrota innoble, en que nos faltamos al respeto a nosotros mismos al intentar ganar. Por supuesto, no se pudo, no eran nuestras armas. Se perdió con deshonor. En cada derrota se aprendió con la experiencia, recibiendo los golpes. Es la forma en que mas veces aprendemos, la verdad no está en los libros o las palabras. Ni en la victoria.
Tuvimos nuestro gran momento, entre otros buenos momentos. Habíamos llegado a la pelea por el título y ese día nos bajaron en camilla. Y aún queríamos seguir peleándola.

Nunca, jamás había ocurrido, ni seguramente volverá a pasar, hoy somos mas duros, y ahora también sabemos cuando es necesario retirarse. El sueño terminó en un knock out en que estuvimos meses internados, y quedaron las peores heridas, que se vendaron pero nunca se terminaran de curar. Estuvimos tan cerca...

Quinto, sexto... no sé en que round estamos ya en esta pelea, son muchos más creo. La vida y el amor son los adversarios en cada pelea y cada tanto, ganamos una vuelta, rescatamos un punto cuando suena la campana. Y bajamos con una sonrisa. Falta para el título, no es el momento de la pelea final, nos falta la motivación. Pero seguimos subiendo al ring, seguimos peleando. Resilentes a la derrota, al dolor, a la adversidad, a los sueños rotos, caemos pero no bajamos los brazos, nos adaptamos, nos fortalecemos, con la guardia aún arriba seguimos adelante, golpe a golpe, sin perder de vista la meta.

sábado, 7 de marzo de 2015

Mendigo



Camina por la calle, la vista perdida. La vereda es un mar de gente pero no la ve, ni le importa. Camina vencido, un día tras otro por la misma vereda, todos los días el mismo camino,  baja del tren y camina.
Conoce el recorrido como la palma de su mano, conoce cada árbol y cada baldosa floja que esquivar los días de lluvia. Las personas caminan a su alrededor, apuradas, hablando a teléfonos caros en lugar de hablar a otras personas, obligadas a comunicarse constantemente, sin notar su presencia.
Llega  a su trabajo, termina su turno en la oficina, vuelve por la misma vereda, toma el tren, llega a su casa, enciende el televisor, se prepara un té.

Todos los días. Cada tanto algo –alguien – en el camino, en la calle, en el tren, llama su atención, brilla una chispa en sus ojos, que apaga la indiferencia, la soledad. Sale otro día  a la calle, a la mañana, a mendigar una mirada o un abrazo.

jueves, 5 de marzo de 2015

Error



Los Grandes Sabios Creadores cometieron un error fundamental. Ellos estaban creando el universo y todo en él. Crearon los pájaros para crear el cielo, crearon los colores para crear las flores y crearon una máquina del tiempo para crearse a sí mismos.
Pero cuando estaban creando y nombrando las cosas del universo (nombrar es una forma de crear), descubrieron que alguien o algo estaba confundiendo su trabajo:
Crearon los labios y la voz para comunicarse, pero alguien descubrió las sonrisas, y nacieron los besos, que apagaban las voces.
Crearon los ojos para observar y nació la mirada. Y las lágrimas.
Crearon los oidos, para escuchar las voces y nacieron los susurros entre penumbras.
Crearon las mariposas, y del roce de sus alas nacieron las caricias.
Crearon el árbol para el papel y alguien escribió un poema.

Alguien o algo había creado el amor. Y nació la mujer.
O puede que se hubiera creado solo. O hubiera existido siempre.
Pero ya nunca nada fue igual que antes.